domingo, 9 de noviembre de 2008

Triunfadores

El mundo está contento. Obama ha ganado las elecciones norteamericanas. Soplan vientos de cambio, o eso auguran la mayoría de medios de comunicación occidentales, espoleados por la aparente sorpresa y la alegría reinantes. De hecho, el propio Obama, o mejor dicho, Barack Hussein Obama, ha apelado a ese nuevo giro que parece que van a efectuar los Estados Unidos en muchas de sus políticas. Es curioso que un hombre negro, cuyo segundo nombre es Hussein, haya alcanzado la presidencia después de que Bush se deshiciera de un Hussein Iraquí. El caso, es que un servidor, ante tanta euforia, no puede más que mostrar algo de escepticismo y prudencia. Porque, realmente, de los dos principales candidatos a ocupar la presidencia de los Estados Unidos, Obama era, simple y llanamente, el menos malo de ambos. Hay que recordar que, bajo el signo del partido demócrata, grupo con el que ahora gobernará Obama, los norteamericanos también han invadido países, extraído ilegalmente sus recursos y, sobre todo, se han pasado por el forro muchos protocolos internacionales, como el de Kyoto, por citar un escandaloso ejemplo que seguro que está en la memoria de muchos. No sé si Obama será una revolución para los yanquis, pero cabe preguntarse cuanto hay de marketing o de impostado en este sujeto. No lo sabremos hasta el 20 de enero, bonita canción de la oreja de van gogh, dicho sea de paso. Lo que sí sé es que, antes y después, Obama no será un verdadero triunfador, porque él había sido designado para ese fin por su grupo político, es decir, que estaba dentro de lo posible que ganase. Para mí, un triunfador realmente, es alguien que, pese a tener todo en contra, se mantiene a flote, luchando contra adversidades que no por ser cotidianas son menos difíciles de combatir: una hipoteca, una familia, una casa que mantener, una discapacidad... Esos sí que son, en toda regla, unos triunfadores. Y para ellos, va este tema del cantautor leonés Fabián, que se llama precisamente asín: Triunfadores. ¿Algo que agregar?

sábado, 4 de octubre de 2008

Melomanía

Decía una letra de Tam tam go, que "hay días en los que no está de Dios volver a ver el sol". Por suerte, queda la música. Aute dixit. Bendita música, añade Serrat. Siete notas mágicas, así la describe Juan Pardo... Yo todo esto lo junto, lo afirmo y lo firmo. La música Me transporta, me lleva a lugares a los que nunca podré desplazarme, rincones que ni tan siquiera existen en un mapa. Imágenes sonoras. Sentimientos hechos de melodía. Colores tonales que me sirven para evadirme de lo que me rodea. Todo un cosmos se abre ante mí cada vez que suena un acorde, un arpegio, una nota. Puede provocar tantas sensaciones en mí, que nunca para de sorprenderme. Siempre hay una canción que hace que los pelos se pongan de punta, el corazón se acelere, y te haga vibrar, al igual que un altavoz a todo volumen. No se tú, pero yo, sin música, no sería nada, o casi nada. Cuando las cosas vienen putas, siempre está, dentro de mi cabeza, ese reproductor aleatorio y caprichoso. A veces, no se sabe por qué, se te mete un tema en la pelota, y es imposible quitártelo. Unas veces, es amor a primera vista, y otras, es un descubrimiento paulatino. Sea como sea, a mí me emociona igual. Melomanía, creo que se llama a eso. Me puedo entusiasmar con cualquier estilo, género, compositor. Es música, al fin y al cabo. Se han dicho y escrito mil cosas sobre la música, pero es que... es la ostia, así, simple y llanamente. Y a mí se me ha introducido este tema en la mollera. Lo canta Miguel Ríos y está escrito por Joaquín Sabina y Antonio García de Diego, que es un maestro. Y como hoy estoy musicómano os dejo otra rolita más, en este caso de Mercedes sosa, y originaria de María Elena Walsh: Como la cigarra. Y es que, hay tantas y tantas Canciones... Ya, ya paro.

lunes, 22 de septiembre de 2008

EXSOMNIO

Mi periplo por el ancho y basto universo parece no tener fin, al igual que este inacabable e inabarcable cosmos. Y tampoco dejo de realizar nuevos descubrimientos y de conocer cosas, hasta ahora por mí ignoradas. Es el caso de una enfermedad, si se le puede llamar así, que caracteriza, por así decirlo, a todos los habitantes del lugar desde el que ahora os escribo. Supongo que mis lectores conocerán en qué consiste el insomnio. Si recurrimos al tan metódico y siempre preciso Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, dícese de insomnio: viene del latín, insomnium, y es la Vigilia o la falta de sueño a la hora de dormir. A lo mejor alguien recuerda mi paso por la tierra de vigilia, y aquellas tristes, frías y grises estatuas que no sabían hacer otra cosa que aguardar algo que nunca parecía llegar. Pues bien, aquí sucede justo lo contrario. Las gentes de esta localidad siempre están soñando. Pero no penséis que duermen. Para nada. Sueñan despiertos. Quizá alguien pueda pensar que eso también le pasa a más de uno en nuestro planeta, pero aquí se lleva al extremo. No obstante, a pesar de ello, o a lo mejor gracias a ello, aquí se trabaja, se estudia, en definitiva, se vive, y si me permitís una observación, creo que son mucho más felices y se sienten más realizados que en nuestro mundo azul. Mi amigo Luka me dijo un día una frase: "La felicidad es hacer lo que quieres, y querer lo que haces; y no soñar tu vida, sino vivir tu sueño". Yo le pregunté: ¿Y si los sueños nunca se cumplen, para qué sirve ir todo el tiempo detrás de ellos? A lo que Luka me respondió: "Pues para eso precisamente. Para avanzar hacia adelante". Muchas personas se proponen un montón de cosas que creen irrealizables, y por ello no se DECIDEN A llevarlas a cabo. Pobres. Tal vez lo que pasa es que tienen miedo DE que se hagan realidad... Por último, me quedo con otra frase, esta vez de mi amiga Patty: "Ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad". Soñemos pues, pero procurando que nuestra vida, se parezca a lo que queremos llegar a ser. Yo lo estoy consiguiendo. Seguro que tú también puedes hacerlo. No digo que querer es poder, pero desde luego, ayuda. Y para ponerle música a esta bonita ciudad, os dejo su himno. Narra la historia de un girasol, que se reveló contra todos sus semejantes, porque él giraba al compás que le marcaba la luna, esa que sale todas las noches, cuando los sueños son los reyes del mundo. Este tema se titula El giraluna, y está interpretada por los barceloneses Sidonie. ¿A que mola?

jueves, 7 de agosto de 2008

Buscaminante

En bastantes ocasiones, cuando relato mis historias de viajes, al escucharlas, unos maravillados, otros atentos, algunos
tal vez indiferentes, casi inevitablemente hay alguien que me pregunta algo similar, quizá de distinta forma, pero con la
misma inequívoca hipótesis: ¿No te cansas de viajar? O bien: ¿Y no tienes casa? ¿No te espera nadie? Y cosas por el estilo.
YO, ante estas cuestiones, trato de explicar algo que no mucha gente comprende: Mi casa es viajar. La gente que me
espera no espera, sino que avanza como yo. También tengo momentos en los que me gustaría detenerme, y encontrar un sitio, una
morada, una compañía, por así decirlo, de por vida. Pero tras meditarlo, me doy cuenta de que, al menos para mí, o al menos
ahora, es más estimulante la búsqueda, el camino, descubrir nuevas sensaciones, tierras u opiniones, que no estancarme en
algo concreto. Y realmente no resulta fácil esa contínua incertidumbre, pero a la larga, es lo que me hace sentirme vivo,
pese a que las ganas de frenar y hallar una estabilidad y paz interior también existan.
No voy a negar que ciertas personas o circunstancias me hacen detenerme en algunos lugares momentáneamente, pero siempre
pasa algo que me hace moverme hacia delante. Como digo, también pienso muchas veces que ojalá mi vida no fuera de este modo,
pero no sé si es porque exijo demasiado, porque no me hago entender o porque debe ser así, pero cuando algo se estabiliza por
mucho tiempo acabo prefiriendo abandonarlo. Cierto es que nunca se han dado las circunstancias idóneas que me hicieran
desestimar la idea del cambio, pero quizá nunca se den, porque otras personas aguantan contratiempos más adversos sin duda de
los que he de afrontar yo sin moverse de su sitio. Así pues, supongo que al menos para mí, o al menos por ahora, es más
estimulante el camino que lo que me espera cuando termino de recorrerlo. Desconozco si esto siempre será igual, pero por el
momento, voy a seguir caminando. Si te vienes conmigo, levántate y anda.
Y como acompañamiento musical, dos temas que ilustran un poco la actitud ante el camino, al menos la de un servidor. Son dos canciones de Silvio Rodríguez, pero versionadas por sus compatriotas acapelleros Vocal sampling. Los temas en cuestión son: Fábula de los tres hermanos y Escaramujo. Mucho, lo que se dice mucho que ver con el tema no tienen, pero quería ponerlas desde hace tiempo y no se hable más. ¿O alguien quiere decir algo? ¿ein?

viernes, 23 de mayo de 2008

Cuaderno de Bitácora (12/04/2005)

Ya son más de mil los puertos que he visitado junto a mis compañeros de navegación y sigo sin parar de sorprenderme. El
que acabamos de abandonar me ha dejado muy desconcertado, más si cabe que los anteriores. En apariencia era un puerto como
cualquier otro. En un primer momento nada delataba que los barcos que zarpaban de allí fueran diferentes a los navíos que
solemos conocer. Pero una mirada más detenida, te hacía reparar en que no parecían dirigirse a rumbo concreto alguno. Tampoco
tenían horarios regulares, ni tripulantes fijos. Se rumoreaba que aquellas embarcaciones nunca llegaban a ninguna parte, y
los viajeros acababan entablando relaciones afectivas entre sí, se formaban parejas, y al cabo del tiempo se acostumbraban a
vivir navegando en altamar y jamás querían arribar a ningún lugar. Cuentan, además, que esas rutas sin destino no eran
casuales, sino que estaban programadas, parece ser que por el gobierno de aquél extraño país, con la esperanza de crear un
lugar mejor donde los seres humanos se relacionasen más los unos con los otros, al menos con mayor entendimiento. Y por lo
que las leyendas explicaban, creo que era cierto. Un sitio donde la gente se conocía profundamente, donde no había rencores,
odios... ¿Demasiado bonito para ser verdad? Quizá sí. Pero lo cierto es que la curiosidad me hizo plantearme embarcarme en
alguno de aquellos buques y comprobarlo por mí mismo. Finalmente, el amor a mis compañeros y mi amistad y lealtad con ellos
me lo impidió. Supongo que no me compensa abandonar lo que tengo y arriesgarme. ¿O será que no me atrevo? Un mundo aparte, 12
de abril de 2005.
Posdata: Me encuentro cada cosa por aquí... Escuchemos y rememoremos ahora la canción que utilizábamos para ilustrar estas bitácoras en aquél viejo programa de radio, en aquél tiempo comandado por Ana Carot, Miguel Martín y un servidor. Se trata de The end de The doors. Que ustedes y ustedas lo disfruten, o lo recuerden, en cuyo caso espero un comentario...
Postposdata: La semana que viene hablaremos del gobierno.

lunes, 5 de mayo de 2008

INFRAMAGO

De entre las muchas conductas que considero reprochables en mí, hay una que sobresale a las demás y que me fastidia y me incomoda especialmente. Se trata de quitarme de en medio. No hablo físicamente, ni metafóricamente aludiendo a un posible suicidio. No seamos dramáticos. Simplemente me refiero a que cuando tengo que luchar por algo, por alguien, en el momento en el que hay algún problema en una relación que no sé solucionar, opto por lo más fácil: desaparecer. De golpe, cortar los lazos. Hasta luego, hasta siempre, hasta nunca... Si alguien se interpone entre mi sueño y yo, dejo escapar el sueño a cambio de no pelear, o mejor dicho, de no competir. ¿Cobardía? ¿Comodidad? Todo a la par supongo. Sin embargo, y paradójicamente, es la forma más sencilla de poner las cosas fáciles a los demás para pisotear lo que me importa, para sacar de mí lo que les interese y luego dejarme a un lado o para que se vaya TODO AQUELLO QUE quiero conservar junto a mí. ¿Víctima? NO, yo también hago cosas mal, y soy también muchas veces un egoísta. Realmente lo único que quiero expresar es que me siento jodido por no saber RETENER A MI LADO a la gente que en realidad me importa y con la que quiero estar, y de la cual me acabo distanciando. Es mi mejor truco de inframago.
Posdata musical: A mi lado de Habeas corpus y La perla peruana de Strawberry hardcore.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Sigo.

Sigo,
pese a lo que en este tiempo he perdido,
a pesar de que ya no sueñes conmigo,
aunque ya no tenga los mismos amigos.
Sigo,
disfrutando de los buenos ratitos
de recuerdos de futuro y lo vivido,
y juro que a veces me deprimo,
pensando en lo que tuve un día de hastío,
y ahora en marzo ha desaparecido.
Aún así, a continuar me obligo,
porque todavía no me he conocido,
porque ignoro cuanto queda en el camino,
y las sorpresas que, si exsiste, me depara el destino.
Post data musical:
Escupiré jodidos.

jueves, 20 de marzo de 2008

Quejicrónicos.

Tras unas merecidas vacaciones reflexivas, reemprendo una vez más mi camino hacia lo desconocido. En esta ocasión, después de no sé cuanto tiempo viajando por el espacio interestelar, he arribado a un planeta, que me ha dejado sumamente anonadado. Me encuentro en un lugar, donde los entes que transitan por aquí, no se quejan nunca. Quizá a primera vista pueda resultar una nimiedad, esto que estoy resaltando, pero se nota nada más llegar. Los seres que me rodean, cuando algo les parece mal, se limitan a actuar, no se detienen a analizar qué o quién les fastidia: lo evitan. Una de las cosas que realmente me sorprende de la condición humana, de las actitudes que los seres denominados racionales solemos adoptar alguna vez, es la capacidad que tenemos para quejarnos. En multitud de ocasiones nos mostramos descontentos con aspectos tales como amistades, trabajo, pareja, etc, facetas vitales que al ser sometidas a valoración, ya sea propia o ajena (porque nos pregunten acerca de las mismas) nos ponemos en plan victimista y no paramos de despotricar de ellas, diciendo a quien quiera o no quiera oírnos, (a veces ni nos fijamos en eso y damos la brasa a quien se ponga por delante) o simplemente pensándolo, dándole vueltas en nuestro cerebro, que de que nos putéen, de ser el pringao, de lo que nos está tocando vivir, que estamos de todo eso hasta tal o cual parte de nuestra anatomía corporal y que esto es la última vez que nos pasa o nos lo hacen, porque vamos a cortar el problema de raíz. Pues bien. La cuestión que se me plantea en estas situaciones es siempre la misma: ¿Si no nos parece bien, si no estamos a gusto, si mostramos repetidamente una clara e inequívoca disconformidad ante ello, por qué coño no actuamos y hacemos algo para cambiarlo? Mi hipótesis es simple: en realidad, yo creo que muchas veces solo nos gusta aparentar que algo nos molesta para parecer más fuertes o rígidos, pero a la hora de la verdad, lo toleramos, lo aguantamos, y en ocasiones, incluso lo fomentamos nosotros mismos, precisamente al no mover un dedo para variar las circunstancias. Lo potenciamos con nuestra indiferencia. Al fin y al cabo, no hacemos absolutamente nada más que quejarnos. Nos engañamos a nosotros mismos, disimulamos ante nuestros amigos o familiares haciendo ver que tal o cual historia nos agobia, para acabar siempre soportándola. ¿O tal vez es que tenemos miedo de cambiar? ¿Es que acaso tememos lo que puede pasar si actuamos? Yo lo dudo. Cuando alguna cosa nos incomoda y no la aguantamos por más tiempo, creo que somos capaces de sacar las fuerzas de donde sea para ponerle remedio. ¿O no? A lo mejor depende de las circunstancias, de cada uno, de las circunstancias de cada uno... No sé. En mi opinión, cuando no nos esforzamos por dar un giro a una situación es porque, finalmente, acaba compensándonos, pero necesitamos quejarnos. ¿Irá en la especie? Que levante la mano quien no se haya quejado nunca. De todos modos, me gusta la actitud de los individuos que forman el planeta en que actualmente me hallo. Ellos no son cobardes, y no necesitan hacer ver que van a realizar cambios en sus vidas: los efectúan. Dicho esto, solo me cabe añadir una cosa más. Que cunda el ejemplo. Y si alguien está seriamente mal o afectado por algo y no se mueve, suya será la culpa de todo lo que tenga que sufrir. Por cierto, que si mientras tanto necesitáis compartir vuestras quejas conmigo, que me lo digáis, porque yo también tengo que quejarme... Vamos, que si tienes que quejarte de algo, que lo hagas, porque la queja al fin y al cabo desahoga y evita que algunas cosas pasen a mayores, así que a quejarse se ha dicho, ¿O no¿ En resumen, que ni sí ni no, sino todo lo contrario y viceversa (grupo musical)... Y dejando esta parajódica consigna sobre la lectora conciencia colectiva, voy a haceros más llevadera la profunda a la par que intrínseca (o mojada) meditación posterior con un poco de música. No sé si tiene mucho que ver con el tema de hoy, alomojó sí, tal vez, quizá, quién sabe, pero es que me gusta tanto... La meto porque me gusta y cada vez que puedo pues... la meto... y mira, y va buzo y sansacabó!... Después de este homenaje a los académicos palancos, voy a lo que voy. Perdonen las disculpas, pero no me podía de contenerme. Se trata de la canción titulada Buzo de los leoneses Cooper. En fin, que ya me lo contaréis, o me lo cantaréis, si os mola mucho el tema y os lo aprendéis de memoria... YO qué sé.

lunes, 17 de marzo de 2008

Sublengua.

En los largos y haciagos días en que no realizo alguno de mis viajes a ninguna parte, mi única ocupación es distraerme escribiendo estas líneas, o escuchar música, leer un libro, quizá tocar por ahí, pero lo que más me gusta es hablar. Charlar, compartir con amigos opiniones sobre variopintas cuestiones. Toma esa rima espontánea. En fin, a lo que voy. El caso es que ayer precisamente, conversando con mi amigo Sergio (hola, saludos, qué tal) salió a la palestra (del latín palicum palique, que era lo que hacíamos al fin y al cabo) un tema que me inquietó sobremanera y quiero compartirlo e inquietar a mis lectores si es posible con respecto al mismo propiamente dicho en sí. El caso es que estuvimos tratando sobre lo que la lengua esconde. Esas frases que a primera vista o escucha parecen poseer un significado inequívoco, pero que ocultan tras de sí auténticos mensajes subliminales... (esto último, imagináoslo con la voz de Iker Jiménez).
Veamos pues algunos casos en los que una oración puede enunciar algo diverso: cuando preguntamos ¿Cómo estás? La respuesta puede ser:
A) Bien (quiere decir que está bien)
B) Bien bien (podría interpretarse que está dos veces bien, o sea muy bien, pero en ocasiones ese doble bienestar equivale a que uno quiere aparentar que todo va de lujo cuando no es así. O sea, bien bien, equivale a "estoy mintiendo, me encuentro como el culo".
C) Bien bien bien. No hay duda. Si en inglés la doble negación equivale a afirmación, en español, y esto no es oficial pero tiempo al tiempo, en español, la triple afirmación expresa una terrible negación. Bien bien bien, significa que la cosa va mal, sin lugar a dudas. Como dice el reflán (sin natra) esto se ve a la lengua... Igual que contestar a algo con la elocuente frase de "sí sí sí", puede equivaler a: "Ya te he dicho que sí, pesado de mierda" o bien quiere decir un no, un no más grande que la catedral de un sitio muy inmenso.
D) respuestas ambiguas como Regular, aquí vamos, estamos (con la coletilla opcional de estamos que no es poco), etc: esta puede querer decir cualquier cosa, en todo caso, crea ambigüedad. Es como avisar de que no nos quieren decir nada y por cortesía nos sueltan eso.
E) Y como colofón, la mejor de todas: tirando. ¿Cómo estás? Tirando. Que te dan ganas de decir: ¿Tirando qué? No seas así, en tiempos del reciclaje y el ecologismo, no vayas tirando, que pareces mi madre con la comida... Esta sí que significa claramente: ¿A ti qué coño te importa? Nota excepcional: Si la respuesta de tirando te la contesta un militar, ya sea en misión de paz o de guerra, que viene a ser lo mismo, en ese caso, la expresión podría admitirse como válida.
Ocupémonos ahora queridos niños, niñas y hermafroditas de otra verbigratia (es lo mismo que ejemplo pero no quería ponerlo dos veces, aunque este vocablo queda pedante en exceso, pero vamos al ejemplo, que me disfregáis): La construcción gramatical formada por las dos palabras si, y eso, compone la frase: si eso. Esta sentencia, añadida al final de cualquier otra indica que ni de coña vas a hacer lo que has dicho. Pasemos de la teoría a la práctica (frase que me hubiera gustado escuchar en las clases de educación sexual). Si yo te digo: ya hablamos, si eso. Ya quedamos, si eso. "aluego" te pago, si eso. El si eso, inequívocamente suele querer indicar, que te olvides de la frase anterior, que no hay tu tía. No la habrá, no esperes que la haya o que la sauce, por mucho que alguno de tus progenitores tenga hermanas. Eso por no profundizar en la expresión "ya te doy un toque", en vez de decir simplemente "te llamo". Rodear la palabra llamar de ese modo, indica en ocasiones que el mismo giro metafórico gramaticalmente hablando que ha ejecutado para decirlo, es el mismo que va a efectuar para hacerlo después en los hechos consumados, así que, espera sentado por si acaso no llama, y tal.
Por último, hablaré de un día, que todo el mundo reconocerá: mañana. Mañana te llamo, vuelva usted mañana, te lo traigo mañana. Cuando se repite esta posposición de fecha varias veces, debes empezar a pensar que el mañana no existe.
Y ya, dejo de rallar al personal y voy con el bonito tema de hoy. Una canción compuesta y ejecutada por Juan Abarca (cantante de Mamá ladilla, y Juan Manuel Ruiz, impresionante guitarrista, en un dúo que hicieron para realizar una serie de conciertos muy frikis en los que versionaban canciones conocidas con letras cómicas e interpretaban algún tema propio, siempre en clave de humor. La canción que he seleccionado para enriquecer vuestro panorama musicómico, se centra en una pareja en la que uno de ellos, la chica muy probablemente, quiere dejar la relación. En la letra, se repasan las excusas que se dan para abandonar al cónyuje y lo que realmente quieren decir. Si la oís, seguro que la entendéis mejor que leyendo esta explicación inútil previa. Ale, me voy que hoy estoy muy mal. Debe ser la pólvora de las fallas... que me trastoca. Y eso que en mi pueblo no hay... Volveré. Uy, joder, si no he puesto el tema. Ahí va. Se titula Fe de erratas. Podéis comentar, siesos...

domingo, 16 de marzo de 2008

PANTHEOS.

Hoy quiero compartir con vosotros un fragmento de una conversación mantenida por el Dios Pantheos y la joven Sofía, en algún punto del inmenso universo conocido. Esta transcripción anónima del diálogo que mantuvieron Pantheos y Sofía alguna vez, llegó a mí mediante... pero esa, ya es otra historia. Vamos a lo que vamos, que me liáis. El fragmento es el siguiente:
"--Sofía: ¿vos sos dios?
--Pantheos: Dios no; soy un Dios, porque hay más de uno...
--Sofía: supongo que tendrás contactos con todos los dioses...
--Pantheos: por supuesto. Hay muchos dioses, en contra de lo que mucha gente piensa.
--Sofía: yo creía que solamente había uno...
--Pantheos: no, eso es un error de la educación religiosa tradicional. En realidad, hay multitud de dioses y diosas diversos, y cada dios controla una faceta de todo el universo.
--Sofía: ¿y vos cual controlás?
--Pantheos: yo controlo, mejor dicho, procuro que todos los dioses estén en harmonía y que no se produzca el caos en el inmenso cosmos y en cada uno de los múltiples mundos que lo forman. En definitiva, voy recorriendo el universo para supervisar su correcto funcionamiento.
--Sofía: o sea, que sin vos el mundo no sería nada...
--Pantheos: No exactamente. Sin mí el mundo existiría, por supuesto, yo no soy un Dios creador, pero sin mí, el universo sería muchísimo más caótico de lo que es, y créeme que hago lo posible pero aún así me quedo corto. Si te he de ser sincero, me falta una diosa. Estoy intentando encontrarla, pero no es fácil. Si todo sale bien, puede que ya esté cerca de ello, pero es una tarea compleja.
--Sofía: espero que puedas tener a esa diosa cuanto antes. Seguro que juntos podrán dominar el mundo, y sobre todo el amor. eso debe ser lo más bonito de todo: poder hablar del amor como lo más marabilloso que a uno le puede pasar.
--Pantheos: sí, más que dominar, intentar que todo fluya con un orden adecuado. Yo pienso que el dios perfecto en realidad son dos mitades que se unen para formar una sola cosa, el sumum de la perfección, porque las imperfecciones de ambas partes, al juntarse, se anulan y todo se convierte en puro amor.
--Sofía: ¡es re lindo eso que dijiste...! ojalá todo fuese así...
--Pantheos: mira, muchas veces no es así, porque los seres que formamos los universos nos dejamos llevar por la estupidez, por el egoísmo y por el miedo. Esas tres palabras son la ruina del cosmos. Si consiguiéramos vencer todo eso, y además, el gran mal que son los prejuicios, el mundo giraría de forma adecuada. Pero como eso no es así, pues a mí me toca la parte de intentar reorientar el caos.
--Sofía: te toca la parte más difícil...
--Pantheos: sí, es una parte muy complicada a la par que poco agradecida, porque los frutos que se obtienen, si es que se logran conseguir, digamos que no pueden ser apreciados a primera vista y no se suele valorar esa labor.
--Sofía: es que no todo el mundo piensa de esa forma.... Si pensaran todos así, sería un mundo perfecto...
--Pantheos: Esa es otra cosa, es lo que te decía de los males del universo: fuera egoísmo, fuera miedos, fuera prejuicios. Y tengo que reconocerte que no es fácil pensar así, yo muchas veces he caído en aquello contra lo que lucho, pero intento corregirme y eso me hace más fuerte, el hecho de admitir mis fallos y tratar de solucionarlos. Porque los dioses, frente a las creencias universales, también nos equivocamos, y mucho.
--Sofía: y no vivís en el cielo.. como dice la gente?
--Pantheos: jajaja. qué va. de hecho, no vivo en ningún lugar, y en todos al mismo tiempo.
--Sofía: una vez me dijeron eso del cielo...
--Pantheos: el cielo solo es un arcaico intento racional de los seres humanos cristianos para ubicar y ordenar sus creencias, porque necesitan tenerlo todo en un "sitio supuestamente físico y localizable", pero quien realmente tiene fe sabe que tanto el cielo como el infierno no existen en realidad. Solo son, por llamarlo de alguna manera, metáforas para simplificar y topografiar la realidad inmaterial.
--Sofía: ¿y a dónde van las almas cuando abandonan sus cuerpos?
--Pantheos: bueno, esto es un poco ma´s complejo de explicar: un alma tan solo es una transmutación de un ser puramente espiritual, de un ente, en una sustancia material. Ese alma, cuando abandona la materia porque esta, tiene, por así decirlo, fecha de caducidad, pues intenta encontrar en cualquier universo o mundo que compone el gran cosmos otra entidad material en la que refugiarse. si no la encuentra, está condenada a vagar sin rumbo hasta que la consiga, y la facilidad para ello tiene que ver con los comportamientos que ha tenido durante su vida o sus vidas materiales anteriores.
--Sofía: ¿o sea, que no existe la muerte?
--Pantheos: existe la muerte de la materia, pero todo se transforma, absolutamente nada se destruye.
--Sofía: eso de los espíritus que van vagando hasta encontrar otro cuerpo material me impresionó... creía que iban al cielo...
--Pantheos: no, en absoluto; es normal que te impresione porque tu cultura no está cerca de esta realidad; hay otras creencias que son más exactas con lo que sucede.
--Sofía: ¿y la luz que se dice que se ve cuando uno muere de qué es?
--Pantheos: eso de la luz para mí es un misterio total, no sé por qué se suele decir tal cosa.
--Sofía: jaja.
--Pantheos: quizá es la sensación que tiene el alma después de haber estado dentro de materia al salir al exterior sin ningún tipo de envoltorio que la proteja. Es como cuando alguien que ha pasado tiempo en la oscuridad mira el sol, le ciega.
--Sofía: aah ya... tiene sentido...
--Pantheos: sí, pero claro, en ese momento no es fácil deducirlo. si la gente lo pensara antes, pero claro, casi nadie piensa en eso, por uno de los males del universo, por el miedo. ven la muerte como algo negativo y temible porque es algo desconocido.
--Sofía: ahora tengo que volver a creer en nuevos dioses... y la idea que tenía sobre esto... ahora resulta que es otra. qué raro es todo esto...
--Pantheos: Todo es cuestión de fe.
--Sofía: hay quien no cree en ningún dios...
--Pantheos: exacto. hay de todo en este mundo, pero sabes, los que no creen en nada son a veces cobardes y tienen miedo a reconocer evidencias que les mostrarían que hay algo, pero están cegados por los prejuicios.
--Sofía: puede ser... pero a veces hay que ver para creer.
--Pantheos: pero hay cosas que no se pueden ver, ni tan siquiera imaginar. nuestros ojos y nuestra mente no pueden captarlo ni abarcarlo todo, es imposible. Ni los poderosos cerebros de los que disponemos los dioses pueden hacerlo. Hay cosas que sin verlas, es necesario simplemente creerlas. Te pondré un ejemplo: imagínate que una persona ciega dice que si no ve algo no se lo cree, no admitiría jamás el hecho de que en la televisión hay imagen, sino que esta persona diría y repetiría hasta la saciedad que solo hay sonido, que le están tomando el pelo.
--Sofía: tenés razón... nunca lo había pensado...
--Pantheos: en ciertos aspectos, es bueno creer sin ver, confiar, en definitiva, tener fe en cosas, en algunas ocasiones esto ayuda a que seamos más fuertes. La contínua desconfianza debilita y amarga el espíritu"...

Post post data: si lo consideraren o considerorum oportuno (clavelitos de mi corazón) podéis sentir el tema titulado precisamente "Dios, del cantautor canario Pedro Guerra (o Peter War, para los foráneos que me lean). Si alguien quiere comentar, todo vuestro; bueno, lo de comentarios, lo demás es del menda... Y antes de concluir, me gustaría agradecer a Argentinita (Yanet) su colaboración en este experimento filosófico-literario. En este caso, ha sido la musa que ha hecho volar mi imaginación. Ella es la joven Sofía, la que ha aceptado jugar a charlar con un dios por un rato. Gracias piba.

lunes, 10 de marzo de 2008

Autórtono

Mi viaje por este cosmos incomprensible no tiene fin. Durante este gran trayecto, son muchos los lugares que me causan sorpresa, y cada vez que descubro un nuevo mundo, suelo pensar que ya no encontraré otro que me pueda despertar la conciencia de esa manera. Pero por fortuna, me equivoco, para mi regocijo espiritual. Hoy mis huesos han ido a parar a Thonos. Aquí, los seres que lo forman, utilizan para comunicarse el lenguaje musical. Recuerdo, con una sonrisa, aquella película de "Encuentros en la tercera fase", en la que los extraterrestres que llegaban a nuestro planeta se comunicaban con nosotros mediante unas notas que se convertían en la banda sonora del film. Esto es parecido, aunque evidentemente, no es lo mismo. En Thonos, sus moradores disponen únicamente de una nota cada uno para expresar todos sus sentimientos, pero eso sí, pueden variar su duración, otras veces cambia el timbre, la cadencia, su intensidad sonora o su ritmo. Es, por intentar realizar una comparación con elementos terráqueos, una especie de lenguaje morse musical, con muchos matices que lo mejoran y lo complementan, pudiendo expresar estado de ánimo del mensaje, urgencia, etc. Como cada habitante de Thonos tan solo puede transmitir sus pensamientos con una nota de la escala, la escucha de una charla resulta a veces agradable, cuando los que conversan armonizan sus voces, otras es una tortura auditiva, y solo algunas veces se convierte en repetición insistente, cuando los dos comunicantes tienen el mismo registro tonal. Estas circunstancias, son siempre casuales, ya que ningún oriundo de Thonos puede elegir su registro, sino que tiene que aceptar el que le toca, por no sé qué ley aleatoria musicológica que intentaron explicarme pero no acabé de comprender. Al ser un único tono el que modula cada uno, los demás deben estar muy atentos a cada inflexión, escuchar al otro, y creedme, se gana tiempo, capacidad de entendimiento y es el sitio que he visitado en el que suceden menos discusiones. Hay charlas disonantes, eso sí, pero en todo caso, normalmente no llegan a atronar al que escucha.
Ante este planeta, solo se me ocurre que en ocasiones no nos vendría mal escuchar a los demás tan atentamente como se hace en Thonos. Además, resulta curioso que nosotros, que tenemos más capacidad de expresión tengamos tantas dificultades para entendernos. ¿Es tan difícil, realmente? También me parece chocante que nuestra vida acabe siendo una rutina monotonal como la forma de expresión de este fragmento cósmico. Me parece que con un poco de imaginación y de voluntad, si ellos lo hacen, nosotros no podemos ser menos. Y bueno, que por último, como ya viene siendo habitual, os dejo mis canciones de reflexión para comentar, escuchar, disfrutar, y pasarlo chupiguay. Voy a avisar a los que nunca me han leído, que cuando digo que son canciones de reflexión, significa que son para pensar y eso, no os pongáis a hacer flexiones, ni a echaros reflex mientras las oís. Tras esta original y divertida matización paso de pasar a la única monotemática y monótona monotonal de hoy, que bien pudiera ser el himno de este lugar, y cuando digo este lugar, me refiero a cualquiera: Tu vida es así del grupo musicocómico Académica palanca. Las commparaciones las pensáis vusotros ustedes, que yo ya no quiero escribir más. Quien quiera, ahí está la puerta, concretamente debajo de mí, ejem, de estas palabras quiero decir, en lo de coments, que no es para los que tengan hambre, sino para aquellos visitantes que... Ya, ya paro. Tanto sacrificio, pa ná...
Post data post electoral: ¿Victoria?

lunes, 25 de febrero de 2008

Pajamental

Hoy quiero preguntar ¿por qué? ¿Por qué a veces nos angustian tanto cosas que solo pensamos? ¿Por qué en algunas ocasiones nos agobian tan insistentemente cuestiones que tenemos nada más en el interior de nuestro cerebro? Pequeños detalles, menudencias que a primera vista, no parecerían tan relevantes, pero que dentro de nuestra mente se magnifican. Se engrandecen, y se transforman en verdaderos gigantes, monstruos inmensos, auténticos quebraderos de cabeza. Unas complicaciones que tan solo nosotros mismos, y exclusivamente nosotros nos creamos. Un acto sin importancia como una llamada que esperas y que tarda en producirse, se convierte en nuestra obsesión. Se torna algo que nos termina por impacientar, por incomodar, por inquietar, que acaba transtornándonos y nos vuelve locos. Parece una bobada: una llamada telefónica. Una maldita conversación, que ni tan siquiera es cara a cara, y no tiene por qué ser algo de extrema urgencia ni gravedad, pero hace rato que queremos que suceda, y no, el momento que ansiamos tanto se alarga indefinidamente. Y, casi sin querer, le damos vueltas y vueltas, empezamos a cabilar... ¿Por qué no llamará? ¿Qué estará haciendo? En nuestros pensamientos, este hecho, a priori tan nimio, se amplía. Y podemos llegar a conclusiones tales como: se ha olvidado, no quiere hablar conmigo, le ha pasado algo... Cualquier cosa, podemos llegar a imaginar lo peor. Y si se te ocurre llamar, por supuesto, nadie contesta el teléfono, y ahí nuestras divagaciones llegan a límites insospechados. Eso por no añadir que tengas que soportar otras llamadas que no son la que esperas, y ahí tu corazón parece al borde del infarto cada vez que suena el jodido teléfono. Ante este caprichoso, irregular y aleatorio fenómeno, mi pregunta es simple. Y no se la pretendo formular a persona alguna, a algo concreto, como por ejemplo a un ser superior, más allá de que exista o no. Tampoco se la realizo a a cualquier especialista en la materia, ya sea en la psicología o en la medicina. No se la pregunto a nadie, y os la pregunto a todos: ¿Por qué? Y para ilustrar esta bonita, constructiva, alegre y primaveral paja mental, por denominarla de algún modo, y que supone mi vuelta al blog tras varios meses de ausencia creativa, dos temas musicales: "Una lágrima sobre el teléfono", un tema de una telenovela versionada por los argentinos Miranda! (el signo de admiración está contenido en el nombre del grupo, para aquellos listillos que piensen que no sé usar mi teclado) y una bella canción de Los Planetas titulada "La playa". No se me ha ido la pinza; es la de los planetas eh, no la de la oreja de van gogh, que esa ahora no viene al caso. Leed, escuchad, y comentad, si queréisd... Y antes de concluir este esperado post, me agustaría muncho desear un feliz año a mis numerosos lectores, y deciros, sobre todo a aquellas personas inseguras e inestables que os quiero un montón. Chicos, chicas y sucedáneos: He volvido. Poder wercio.
Post data electoral: Cada vez que escucho a los neonazis me pongo negro.