lunes, 17 de marzo de 2008

Sublengua.

En los largos y haciagos días en que no realizo alguno de mis viajes a ninguna parte, mi única ocupación es distraerme escribiendo estas líneas, o escuchar música, leer un libro, quizá tocar por ahí, pero lo que más me gusta es hablar. Charlar, compartir con amigos opiniones sobre variopintas cuestiones. Toma esa rima espontánea. En fin, a lo que voy. El caso es que ayer precisamente, conversando con mi amigo Sergio (hola, saludos, qué tal) salió a la palestra (del latín palicum palique, que era lo que hacíamos al fin y al cabo) un tema que me inquietó sobremanera y quiero compartirlo e inquietar a mis lectores si es posible con respecto al mismo propiamente dicho en sí. El caso es que estuvimos tratando sobre lo que la lengua esconde. Esas frases que a primera vista o escucha parecen poseer un significado inequívoco, pero que ocultan tras de sí auténticos mensajes subliminales... (esto último, imagináoslo con la voz de Iker Jiménez).
Veamos pues algunos casos en los que una oración puede enunciar algo diverso: cuando preguntamos ¿Cómo estás? La respuesta puede ser:
A) Bien (quiere decir que está bien)
B) Bien bien (podría interpretarse que está dos veces bien, o sea muy bien, pero en ocasiones ese doble bienestar equivale a que uno quiere aparentar que todo va de lujo cuando no es así. O sea, bien bien, equivale a "estoy mintiendo, me encuentro como el culo".
C) Bien bien bien. No hay duda. Si en inglés la doble negación equivale a afirmación, en español, y esto no es oficial pero tiempo al tiempo, en español, la triple afirmación expresa una terrible negación. Bien bien bien, significa que la cosa va mal, sin lugar a dudas. Como dice el reflán (sin natra) esto se ve a la lengua... Igual que contestar a algo con la elocuente frase de "sí sí sí", puede equivaler a: "Ya te he dicho que sí, pesado de mierda" o bien quiere decir un no, un no más grande que la catedral de un sitio muy inmenso.
D) respuestas ambiguas como Regular, aquí vamos, estamos (con la coletilla opcional de estamos que no es poco), etc: esta puede querer decir cualquier cosa, en todo caso, crea ambigüedad. Es como avisar de que no nos quieren decir nada y por cortesía nos sueltan eso.
E) Y como colofón, la mejor de todas: tirando. ¿Cómo estás? Tirando. Que te dan ganas de decir: ¿Tirando qué? No seas así, en tiempos del reciclaje y el ecologismo, no vayas tirando, que pareces mi madre con la comida... Esta sí que significa claramente: ¿A ti qué coño te importa? Nota excepcional: Si la respuesta de tirando te la contesta un militar, ya sea en misión de paz o de guerra, que viene a ser lo mismo, en ese caso, la expresión podría admitirse como válida.
Ocupémonos ahora queridos niños, niñas y hermafroditas de otra verbigratia (es lo mismo que ejemplo pero no quería ponerlo dos veces, aunque este vocablo queda pedante en exceso, pero vamos al ejemplo, que me disfregáis): La construcción gramatical formada por las dos palabras si, y eso, compone la frase: si eso. Esta sentencia, añadida al final de cualquier otra indica que ni de coña vas a hacer lo que has dicho. Pasemos de la teoría a la práctica (frase que me hubiera gustado escuchar en las clases de educación sexual). Si yo te digo: ya hablamos, si eso. Ya quedamos, si eso. "aluego" te pago, si eso. El si eso, inequívocamente suele querer indicar, que te olvides de la frase anterior, que no hay tu tía. No la habrá, no esperes que la haya o que la sauce, por mucho que alguno de tus progenitores tenga hermanas. Eso por no profundizar en la expresión "ya te doy un toque", en vez de decir simplemente "te llamo". Rodear la palabra llamar de ese modo, indica en ocasiones que el mismo giro metafórico gramaticalmente hablando que ha ejecutado para decirlo, es el mismo que va a efectuar para hacerlo después en los hechos consumados, así que, espera sentado por si acaso no llama, y tal.
Por último, hablaré de un día, que todo el mundo reconocerá: mañana. Mañana te llamo, vuelva usted mañana, te lo traigo mañana. Cuando se repite esta posposición de fecha varias veces, debes empezar a pensar que el mañana no existe.
Y ya, dejo de rallar al personal y voy con el bonito tema de hoy. Una canción compuesta y ejecutada por Juan Abarca (cantante de Mamá ladilla, y Juan Manuel Ruiz, impresionante guitarrista, en un dúo que hicieron para realizar una serie de conciertos muy frikis en los que versionaban canciones conocidas con letras cómicas e interpretaban algún tema propio, siempre en clave de humor. La canción que he seleccionado para enriquecer vuestro panorama musicómico, se centra en una pareja en la que uno de ellos, la chica muy probablemente, quiere dejar la relación. En la letra, se repasan las excusas que se dan para abandonar al cónyuje y lo que realmente quieren decir. Si la oís, seguro que la entendéis mejor que leyendo esta explicación inútil previa. Ale, me voy que hoy estoy muy mal. Debe ser la pólvora de las fallas... que me trastoca. Y eso que en mi pueblo no hay... Volveré. Uy, joder, si no he puesto el tema. Ahí va. Se titula Fe de erratas. Podéis comentar, siesos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chico! hace siglos que no me pasaba por aquí para averiguar como evolucionas, y no recordaba aquella conversación que tuvimos.
Sencillamente sublime, me parece que refleja todos los temas que tratamos. Llevo unos minutos pensando en alguna frase ambigua o engañosa y no se me ocurre ninguna. Bueno, sólo maldades, y tampoco es plan.
Bueno, voy a seguir visitando blogs, y prometo pasarme más por aquí
Saludos, sergio